“El Método Orellana” (Vol. V). 6ta entrega: El Cuerpo y La Mente se hace Vida y Existencia.

El concepto del universo exterior de lo que somos como seres vivos se puede decir de una forma muy resumida que este puede estar conformado por espacio, tiempo, energía, materia, y gravedad, en cambio, el universo que yace en lo que somos como seres humanos (la esencia del ser) está realizado a base de energía (conciencia-alma-espíritu), materia (cuerpo natural), y mente (conexión-dimensión-expansión), pero si el universo externo de nuestra existencia (ese que miramos con ojos hacia arriba llenos de interrogantes y que somos parte de él por medio de la quinta dimensión) se alarga a cada segundo por medio de movimientos transitorios regulares o irregulares de las energías, explosiones continuas de las materias, y vínculos de taquiones hacia campos electromagnéticos gravitatorios es cuando nos preguntamos si el universo que está dentro de la esencia del ser que nos define como seres vivos conscientes puede también expandirse al igual como lo hace el universo externo que miramos con incredulidad con el fin de entender que la vida y la existencia no se nos fue dada para cruzar nada más que ese puente de la luz creadora hacia una superficie donde estaremos viviendo y muriendo sin darle un sentido más que suficiente, la vida y la existencia va más allá que lo superficial y lo superfluo, porque quién se acostumbre a vivir de este modo solo vivirá en el vacío, perdiéndose así en laberintos sin salidas, y estancándose en círculos cerrados interpuestos por el temor, lo habitual, y la dejadez, obviando de esta manera que nosotros estamos en la gran obligación de desarrollar nuestra mente para poder entrelazarnos con las diferentes realidades que crea las dimensiones del universo y descubrir que todo se conglomera en una sola pieza entre la oscuridad y la luz que se ubica en dichas dimensiones (altura, anchura, profundidad, y tiempo), pero que si aceptamos que la mente humana es parte de esa otra mente superior (Dios, fuente creadora, luz suprema, ojo del gran arquitecto, energía transmutadora, etc…) podremos ver que existe también otra dimensión del universo que vendría a tomar su forma “si las expansiones del ser con el uno y el uno con el todo mirara su grandeza interna perceptiva, imprevisible, y presencial del universo (interno-externo), la concepción del ser se consagraría en una sola realidad sujeta a expansiones desde esa ilusión momentánea de la luz para que el ser se reconozca entre la conciencia que comprende lo que es real y la conciencia que entiende que todo lo que acontece ante ella es solo un evento temporal gracias a la raíz que se forja desde la creación de lo eterno mas no del origen o el fin del mismo. La humanidad con respecto al tema del universo al parecer solo ha entendido hasta el día de hoy que ellos solo están experimentando un sinfín de situaciones necesarias u obligadas fuera del mismo universo que lo concibe, y que mientras más se busque algo fuera de nosotros menos lo alcanzamos, y suena irónico que esto sea así porque a pesar de que hay una exacta razón con esta teoría de que muchos prefieren buscar en el exterior y no en el interior de cualquier superficie o materia que los define siguen sin encontrar lo que llamamos “la relación cuántica de las dimensiones universales”, y estas serían: “El Espacio” que ocupa las primeras tres dimensiones de la realidad diseñada por el universo (altura, anchura, profundidad), “El Tiempo” (que define la cuarta dimensión), y “El Urdimbre del Núcleo Expansivo” que vendría de alguna manera a simbolizar eso que conocemos como “la quinta dimensión” anteriormente mencionada, y este término de “urdimbre” en el contexto del cosmos hace referencia a un conjunto de sucesos conectados entre sí con la finalidad de mantener al balance y la expansión en una sola matriz y así crear el lazo con todo aquello que tenga su propia mente para que pueda ver todas las realidades como si fuese una esfera que contiene otras formas geométricas dentro de lo que es (el uno con el todo). Las personas suelen siempre pensar que este mundo que por ahora hemos conocido (Planeta Tierra) se puede destruir por diferentes razones, algunas dicen que un gran cataclismo sucederá si algún objeto de gran dimensión con intensa densidad entre su masa y volumen proveniente del universo choca con nosotros, otras dicen que la humanidad es quien será parte de su propia destrucción (lo cual sería una buena idea si se lograra de modo específico porque así el mundo se libra de quien por ahora no lo ha sabido valorar), y existen otras teorías creadas por quienes han hurgado la superficie de la tierra que el núcleo que la sostiene puede provocar el fin definitivo de la existencia terrenal sin que quede rastro de lo que aquí se vivió; ahora bien, de ser así, ¿por qué no ha pasado?, simple, el humano quiere todo el tiempo pensar en la destrucción para saber si construyendo algo nuevo desde sus cenizas las cosas pudieran dar un giro de 360 grados para el bien general, pero la cuestión es que tristemente no es así, ya que el humano se la pasa creando destrucciones con el hecho de satisfacer su codicia, venganza, odio, control, y desaciertos, porque cuando hablamos de destrucción no se trata nada mas de aplicar el concepto del renacer desde la muerte (verdadera o figurada) de cualquier cosa para luego aceptar la liberación de los males que se encuentran alrededor de lo que somos y de lo que sentimos, vemos, escuchamos, y palpamos, se trata de querer aceptar de una vez por todas que este mundo, este universo, y esta existencia de la creación no morirá ni muchos menos se destruirá porque este espacio es parte de lo eterno, y lo eterno nunca se acaba, sino que se transforma en ciclos, lecciones, y transcendencias, a lo mejor existen otros mundos con todas las condiciones dadas para que podamos habitarlo con el fin de evolucionar nuestra especie al igual que otras y hacer de ellas algo mejor desde el punto de vista mental y de la esencia del ser, pero hasta que no aceptemos que debemos empezar a ver la vida y la existencia como un viaje que tiene un propósito de construir mas no de destruir, de hurgar nuestro propio universo y no el universo superficial, de llenarnos de sabidurías para elevar la mente a su quinta dimensión y no de ignorancias para mantenerla distraída, de sanar nuestro mundo, tu mundo, y el mundo externo y no de dañarnos para seguir en más de lo mismo, de saber que las posibilidades y las probabilidades de que nuestra existencia esté abrazada a la de otros que tenga vida propia porque forma parte de un plan mayor de lo que aún no entendemos entonces el viaje habrá sido en vano, y es porque aún no logramos entender que la vida y la existencia se nos fue dada para formar vínculos con todos los universos posibles que yace en la eternidad (humanos, animales, y naturalezas), y solo se sabrá del existir de otros universos el día que aprendamos a convivir entre nosotros mismos.

- Prof. Miguel Orellana. 
“Te abrazo en luz, te bendigo, y te decreto feliz vida”