“El Método Orellana” (Vol. V). Entrega Nro. 20: Los Universos de La Conciencia a través de su Espacio-Tiempo: Todo sucede y se relaciona entre sí.

El universo tal y como lo conocemos es tan solo una mínima parte de toda la creación; y es porque simplemente su espacio se expande de forma tan rápida que cuando creemos entender lo que habíamos comprendido sucede todo lo contrario; y a partir de este punto, no nos queda de otra si no la de empezar otra vez pero con la ventaja de que al menos hemos experimentado lo que antes ignorábamos: Llámalo lección de vida, indagaciones existenciales, o experiencias teóricas-prácticas. Decir la palabra “Creación” en consecuencia al “Universo” es saber que este no goza de un origen ni de un fin, y por más que encontremos teorías que nos validen de “cierta manera” el cómo fue que “La Creación” pudo haberse iniciado, ninguna ha podido demostrar hasta ahora en qué momento es que esta llegó a convertirse en lo que realmente es: “Energía simple, pura, y transformadora”, y esta clase de energía no cuenta con un comienzo ni con un final, y quien trate de darle un valor absoluto, es como quien lee un libro creyendo que se lo sabe de memoria cuando que en realidad lo único que guardó en su mente fue lo que esta le prestó más  atención desde la síntesis de sus necesidades; por ende, cuando la energía fluye sin estar preguntándose acerca del cómo fue su origen y su fin, llega a la conclusión filosófica de que su existencia no es más que un círculo que se vuelve eterno entre “aberturas y cierres” para que se puedan crear otros círculos y llevarlos a un estado de “conciencia máxima” que le permitan “avanzar y evolucionarse” hacia otras escalas energéticas con el propósito de incluirse dentro de todas las transformaciones de la creación para que viajen por medio de infinitos campos electromagnéticos con la única idea de crear más vidas sin que estas le frenen sus evoluciones incondicionadas, sino que las deja, les da una razón de existir, y sigue libre su camino para continuar creando lo que más tarde será el más vago recuerdo de lo que nunca se supo porque uno de los principios que tiene la energía por todos los universos posibles es moverse siempre hacia adelante y no perder su horizonte sobre cosas que para ella ya han dejado de existir, ¿y que si en dado caso aún existen? ¿Lo que pudo hacer en aquel entonces? Fue solo dejar una parte de lo que ella es para que luego fuese utilizada sin que esta manipulación le afecte “sus propósitos, sus recorridos, y sus creaciones”, como por ejemplo: Si el pasado existe y sucede a como acontece el presente así como el futuro, se puede decir, que lo que impulsa estos movimientos son las energías que fueron ingresadas y dejadas en estos espacios para que cobren “vidas propias” sin aferrarse a las vidas de las demás, solo que la fuente que provoca esta energía no es la que ya se sumergió a su momento por estas eventualidades escenográficas de la conciencia, porque esta ya no existe, sino que es un reactor natural que la energía viajera plasmó entre los cuerpos naturales, materiales e inmateriales para que produzcan, consuman, y transformen sus propias energías renovadoras sin que “la original” ¡por así decirlo! Se conserve sobre estos espacios que ya se hacen inhóspitos para sus viajes por la creación, y que por tanto fluye y actúa tal y como es: Una eterna transformadora que traspasa los límites de cualquier existencia; más si nosotros no captamos estos mensajes, de que “todo fluye mientras que se esté transformando”, lamentablemente viviremos como la oveja que vive encerrada, guiada, y alimentada por el pastor, y en este caso en particular, “El Pastor” simboliza todas las tradiciones que tiene nuestra mente, y que gracias a esto, esta se niega a romper con estos patrones inductivos porque cree que si lo hace no podrá fluir una vez que salga de todos sus encierros, sea por la falta de creer de que “sí puede” lograr lo que se proponga; de levantarse si se cae, o de sobrevivir si llegara a perderse; y “La Oveja” representa al “Ser” que sufre todas las causas que provienen de las decisiones del pastor, pero si el pastor (siendo la mente que guía al ser) cambia sus palabras y le dice al ser con firmeza y de forma positiva: “Sé capaz. Transfórmate, y libérate”, lo estará ayudando a conseguir los tres aspectos que necesita la fluidez para concebirse a sí misma: “Ser capaz. Ser transformadora. Ser liberadora”, porque si somos capaces, quiere decir que somos valientes; si somos transformadores, quiere decir que somos decididos, y si somos liberadores, quiere decir que somos como todos los elementos que tiene la naturaleza en nuestro mundo: Vitales, arriesgados, e influyentes. El hombre como humano curioso, siempre ha querido indagar sobre el significado puro de lo que es la creación, pero para entenderla, tiene que primero abrirse a la idea de que su mente “sí puede” comprenderlo todo más se hace imposible saberlo absolutamente todo, pues cuando algo se hace absoluto, a la vez se hace finito, y no hay gracia en esta filosofía, y más aún, si se refiere al entendimiento del universo; y cabe la pregunta: ¿De qué sirve saber algo de lo que no seremos capaces de entender más adelante? Y así, es la creación y todas las creaciones de sus universos: Inentendibles; y cuando nos encontramos con lo inexplicable, a la vez nos sumergimos al dilema entre si el “avanzar” nuestros pasos sabiendo lo que sabemos, o si el de frenar nuestros avances hasta estar bien seguro de lo que por ahora creemos saber; por tal razón, ¿si la humanidad llegara a saberlo todo? Lo más probable, o mejor dicho: ¡¿Lo más posible?! Es que su existencia deje de existir; pues como lo mencioné anteriormente, “no hay gracia en lo finito”, porque dentro de lo finito “el misterio” se hace polvo, ¿y lo demás? Se hace historia; será por eso, que al menos nuestro mundo no nos deja de sorprender, porque cuando buscamos con ganas de averiguar lo que no sabemos, siempre descubrimos lo que de por sí ya no es un acontecimiento nuevo para el hombre, sino que ya aconteció como acontece el pasado en nuestro presente así como en nuestro futuro. ¡¿Pero que para ese hombre que acaba de descubrir lo que a su momento fue, y ahora es?! Se convierte en la viva imagen de que su tiempo “del aquí” no es el mismo tiempo de “su ahora”, incluso, hasta este tiempo encontrado puede influirle sobre un mañana aún inexistente sea para bien o para mal, llegando de esta manera a la conclusión de que el hombre solo vive de un pasado que se multiplica y que se transforma como si fuese un presente o un futuro, tal como la teoría del “Universo del Bloque”, la cual dice: Que todos los factores del tiempo suceden a la misma vez, más sin embargo, “el pasado es la piedra angular que aviva el presente y que a la vez crea la imagen de lo que se vive en el futuro aun cuando este se considere incierto”, pero a fin de cuenta, cada uno de ellos (pasado-presente-futuro) tiene su “aquí y su ahora”, y que por tanto, esta reacción en nosotros nos divide la conciencia en tres realidades: “La realidad aprendida. La realidad que se aprende. La realidad que existe y que está por aprenderse. Y dependiendo de la realidad en la que nosotros queramos vivir, será entonces la que defina nuestras existencias tanto por el mundo que conocemos como por los universos de otras creaciones mentales, espirituales, o emocionales por conocer. La humanidad en su afán de descubrir lo que por ahora desconocía acerca del universo que la sostiene con su gravedad, se ha dado cuenta que lo único que descubre son los pasados del universo así como de su mundo, pero casi nunca descubre su propio presente ni su futuro, sino nada más lo que fue, y lo que ya se considera como inservible para las observaciones de cualquier universo consciente, pero que se hace útil para quienes aún funcionan a base “del que observa sin ser observado” desde la perspectiva de los planos dimensionales de la materia y antimateria del universo; y parece ilógico pensar que mientras no seamos observados ni analizados ni evaluados, nuestras condiciones humanas como el cuerpo y la mente, y las naturales como el espíritu, el alma, y la conciencia, no se limitarán para mostrarse tal y como son, pero en esta fórmula de la “observación no observable” podemos encontrar un problema que no se detalla a simple vista: Que nuestras condiciones como pensamientos humanos y como existencias naturales equivocadamente podrán evolucionar cuando no sean observadas tanto por el ojo ajeno como el ojo propio. ¿Más si esto continúa de esta manera? Estaremos creando de forma inconsciente un sinfín de paredes mentales que nos encerrarán en un solo círculo que no se transformará luego para poder fluir libremente hacia otros universos de todas nuestras creaciones mentales o emocionales; pero que si aprendemos a darnos nosotros mismos las fuerzas necesarias para romper o saltar estas paredes, es cuando descubrimos las relaciones que existen entre sí cuando se habla acerca de los espacios de nuestros tiempos (límites vs impulsos) con las realidades de nuestras conciencias (aceptaciones vs evoluciones) para que el pasado, el presente, y el futuro se conjuguen como una imagen donde todo sucede a la vez: Lo que hago hoy será la causa que proviene de mi ayer; y lo que hice ayer, será la consecuencia de mi mañana.

- Prof. Miguel Orellana.

“Te abrazo en luz, te bendigo, y te decreto feliz vida”