“El Método Orellana” (Vol. V). Entrega Nro. 17: La Fluidez como forma de Existencia.

Muchas veces hemos escuchado decir la frase “deja que todo fluya, y verás cómo cambias al mundo”, la cuestión está, que así como hemos oído tantas veces esta afirmación del universo de quien ha despertado su mente para dejarla libre ante todas las cosas también la ignoramos por muchas cuestiones superficiales que el tiempo suele hacer si el que vive desde esa dimensión limitante no dirige su propia mente y le niega toda posibilidad de ser libre ante todo lo que esta es, universos, y lamentablemente cuando le permitimos al tiempo dirigir nuestras vidas y nuestras existencias pareciera entonces que la definición de lo que realmente es “la vida” se esfuma en un abrir y cerrar de ojos sin que hayan otras oportunidades (al menos en esta vida que se vive por ahora) para que aprendamos que “el tiempo no debe ni puede dirigir nuestras formas de andar por la vida, ni tampoco permitirle que tome el control de algo que nunca le ha pertenecido, nuestra mente”, y al decir mente hablo de nuestro propio mundo, o mejor aún, de nuestro gran universo mental, la conciencia suprema (energía). Recordemos que el tiempo es uno de los mayores inventos del hombre para solo medir, clasificar, separar, manipular, y controlar, así como las invenciones de todas las palabras que existen, la diferencia que hay entre el tiempo y la palabra, es que al menos “la palabra vale para el ser de lo que somos”, mientras que la validez del tiempo solo se acepta si el hombre vive ignorando lo que este resguarda en su propio interior, el ser; obviamente, el tiempo, forma parte de la eterna creación y de todas sus creaciones, pero existe una gran diferencia que separa lo que es “el tiempo del universo” y “el tiempo del hombre”, explicando qué, uno se debe a lo natural, a lo explicito, y a lo verdadero, y el otro, se debe a lo superficial, a lo banal, y a lo insignificante, y la pregunta aquí sería, ¿Cuál de los dos es el que más nos conviene?, fácil, el que nos haga sentir realmente vivos de adentro hacia afuera; verá aquel, el que elija lo contrario (¡suerte con eso!). Cuando se habla de naturalezas hablamos de los núcleos que la sostienen, sus raíces, pues la naturaleza es tan inteligente que echa raíces para mantenerse segura a donde ella esté, pero si esta ve que en donde ella está no le permite ser más de lo que por ahora puede ser, sacará sus propias  raíces pese a sus fuertes dolores para luego moverse y volverlas a resembrar en un espacio nuevo “y hacer de ese espacio otro ambiente que le permita crecer más, florecer mucho más, y ascender cada vez más”, ¿pero?, si solo se habla de la superficie, se estaría hablando nada más que de solo ilusiones: Tal como el tiempo que se puede ver en el reloj de arena que al acabarse enseguida es volteado por “el hombre común” para que todo comience de nuevo como si este tratara de reiniciar lo que nunca podrá hacer en esta vida o en la otra (¡si es que regresa!), como ir a su pasado para que su presente sea distinto; modificar su presente para que su futuro sea mejor, y por último, transformar su futuro para que lo próximo que viva no se torne tan difícil ni tan inexplicable; en pocas palabras, “deseo, negación, y sufrimientos”. Existe un factor importante en las medidas del tiempo que si se aplicara, quizás, lo que se viva hace que todo fluya si lo hemos decidido a como debe ser, desde la mente que es libre porque simplemente quiso despertar y fluir sin nada en su contra, ¿y quién contra una mente así?, absolutamente nadie, al menos qué, si dejas que la mente libre esté en manos equivocadas, todo lo que pase contigo (como mente) será por la culpa de lo que tú nunca quisiste ocuparte: Como tu forma de vida corporal, como tu manera de ver tu realidad mental, y como tu elección de hacer que “lo espiritual en ti” esté contigo entre tu vida y “la mente que te hace ser tú” pase lo que pase, porque como bien sabemos, nada pasa en vano sino que todo pasa por una buena razón de ser, y si estamos conscientes de esa razón, es porque estamos libres de inútiles ataduras, esas que suelen estar en la mente por si el tiempo es quien predomina sus realidades, pero si la mente le juega a la inteligencia así como lo hace la naturaleza, hará del tiempo su mejor aliado sin disputas, ni guerras, ni contrariedades (y no porque el tiempo exista, ¡ojo!, sino que toma al tiempo como un motivo de valorar desde la observación lo que sí existe y existe para solo ser, la vida y la existencia), concluyendo de esta forma que todo lo que suceda a partir de ese instante (en que la mente trabaja en conjunto con el tiempo) es porque la persona lo ha decidido y lo ha afirmado desde el impulso de solo vivir y nada más que vivir por la existencia de nuestro tiempo universal (“el ser siendo el uno con el todo”) y no por la inexistencia del tiempo superficial (el hombre siendo el uno con nada). La mente del hombre en realidad es lo que hace de su cerebro la conexión con todo lo que existe a su alrededor y con todo lo que se haya dentro de su interior, tanto con las partes biológicas del cuerpo que lo conforma como un ser humano simple como con las esencias inmateriales (que permanecen sujetadas al cuerpo bilógico) que lo complementa como un ser humano evolucionado, tales como: Su alma y su espíritu, es decir, el ser, y si dejamos que “la mente” y “el ser” fluyan por sí solos sin que otras distracciones externas los distancien de sus vínculos más que necesarios le estamos permitiendo a su vez que sean ellos los que nos guíen sin duda alguna a una mejor vida que nos lleven siempre al camino de la sanación emocional, a la concientización mental, y a la evolución espiritual, tres aspectos que caracterizan a una persona que se ha liberado de las tenciones banales para solo sumergirse al mundo de la fluidez. Resulta interesante decir que por más que el ser humano haya logrado evolucionar de ciertas formas (pero más en su exterior que en su interior) no ha comprendido que la vida es como un juego de ajedrez que si no sabe cómo jugarlo esta te dará el jaque mate sin que tu dolor, pérdidas, o estancamientos le importe en lo más mínimo tal como tú lo hiciste muchas veces cuando sus enseñanzas fueron ignoradas por quien ha rechazado lo que la vida siempre nos da si le prestamos nuestras verdaderas atenciones e intenciones, y al decir esto, me refiero a los continuos aprendizajes, a las diferentes oportunidades, y a las aberturas de puertas que fueron cerradas tanto por nosotros (desde nuestro inconsciente) como por otros (en sus formas conscientes) para mostrar nada más que envidias, egoísmos, y orgullos, pero si negamos el hecho de que la vida es la mejor escuela que existe para luego ascender a otras dimensiones de su existencia, nunca vamos a ver la vida a cómo debería verse segundos tras segundos, extraordinaria, ya que no existe algo más grandioso y más maravilloso que la creación de una vida para que esta disfrute, aprenda, y exprese lo que podrá decir más adelante cuando su alma y su espíritu renazcan a donde estos deban por ahora permanecer; y si te preguntas en dónde será, o si será otra vez en este mundo, no te lo puedo decir, porque así como tú, yo ignoro la respuesta, solo sé, que lo que importa, es que volvamos a donde existan vidas para vivir con más plenitud por si por ahora no hemos llegado a esa bella meta tal como el logro de la fluidez que hace de la mente una conciencia libre y evolucionada; más si afirmamos desde hoy que vamos a cruzar el puente de los límites mentales e iniciamos los procesos que nos ayuden a canalizar la liberación de lo que aún nos estanca en este momento, ¿Por qué no hacerlo de una vez por todas?, ¿Por qué quedarnos siempre a brazos cruzados?, ¿Por qué seguir en más de lo mismo si podemos marcar la diferencia?, ¿Por qué no damos ese salto de fe que tanto ignoramos por temores?, ¿Por qué no creemos desde nuestras virtudes como esencia de luz que todo lo que nos propongamos sí se hará realidad porque para eso sirve la luz, hacer que el camino se vea sin miedo alguno?, ¿Por qué no decidimos a solo decir “sí” si es para el bien de nosotros como personas, como cuerpos, mentes, y espíritus?, ¿Por qué no dejar que todo fluya desde el buen sentir del alma si lo que más importa es que el alma se sienta bien desde lo que somos como materias?, ¿Por qué seguir negando lo que de por sí ya sabemos?: Que esta vida es única como para desaprovecharla en estupideces; que esta vida es preciosa como para negarle al ser que vive en nosotros compartir con todas las creaciones en su más divina forma natural de la existencia, y que esta vida es tan especial como para perdernos en laberintos cerrados de quienes no quieren ser especiales con nosotros así como nosotros sí lo somos con ellos, y si hablamos de ser especiales, es hablar de la fluidez, y para fluir, solo se requiere de una sola cosa,  abrazar al secreto de la vida: Si dejas que la vida fluya contigo desde tu mente, la vida fluirá contigo desde su conciencia; porque si le abres tu mente a la vida, ella te abrirá las puertas de su universo, y si le dices lo mucho que le importas, lo mucho que la valoras, y lo mucho que la amas, ella te pondrá en el justo núcleo de su verdadero corazón, la fluidez: Procesar, canalizar, y liberar. Tres maneras de vivir plenamente, sabiamente, y expresamente; como la conciencia siendo vida y amor.

- Prof. Miguel Orellana.

“Te abrazo en luz, te bendigo, y te decreto feliz vida”