“El Método Orellana” (Vol. V). 7ma entrega: La Vida y La Existencia hacen al Ser Consciente.

El individuo como persona en su capacidad de pensar, entender, y comprender desde la concepción de su esencia proveniente de la luz hasta el nacimiento físico de dicha luz como presencia única, irrepetible y momentánea sobre lo superficial va generándose distintas clases de preguntas durante el desarrollo de su cuerpo, de su mente y de su espíritu que se relacionan con respecto a la vida, al existir, a las razones del poder ser, al juicio de todo lo que observa, y a la comprensión casi absoluta si así lo quiere de aquello que sucede aunque lo que haya sucedido por ahora no goce de un panorama claro para que “el ser” reconozca lo que es, lo que debe cumplirse, y lo que debe siempre permanecer, pero para poder llegar a este punto de entendimiento o de análisis críticos y constructivos con bases sólidas y fuertes gracias a las sabidurías de la creación es saber que cualquier hecho que podamos experimentar es un aprendizaje obligatorio exacto y sin error alguno que nos deja lecciones de vida, evoluciones para la existencia, y crecimientos exhaustivos del ser para transformarse luego en seres conscientes cada vez más despiertos, racionales, reflexivos, íntegros y correctos desde la individualidad de lo que somos, la sociabilidad del individuo sincero de lo que mostramos sin nada de máscaras, disfraces, y maquillajes, hasta lo individual del individuo que se oculta por cuestiones de miedos, desafíos, timidez, malas experiencias, y viejos patrones que se repiten porque a según se cree que es una buena forma de comportamiento del individuo “ser personal” y el individuo “ser social” si tan siquiera aceptar algún cambio sobre ese ser para que esto no traiga como consecuencia que la trayectoria en la que camine se haga áspera, resbaladiza, y llena de muros, barreras, puentes no confiables, saltos imposibles de una montaña a otra y malezas con espinas por doquier. Cuando hablamos de “casualidades” y de “causalidades” tenemos que estar claros que existen diferencias y similitudes entre lo que se planifica y lo que se hace para que dicha acción ocasione una causa y un efecto rebote positivo o negativo en todo lo que nos rodea, es decir, que “la casualidad” es aquella que viene desde el origen  y el fin de lo planificado, y esta se divide en tres factores de la dimensión universal, realista energética, realista mental, y realista material, y depende de las necesidades del planificador entre sus deseos, motivos, búsquedas, herramientas, intenciones, acciones, y atenciones es cuando se cumple la palabra que libera a la luz de la oscuridad, a la oscuridad del vacío, y al vacío del misterio que ahora se hace completo para que la existencia de lo que se quiere se conciba como algo real, ilusorio o invisible perceptivo, sentido, y reconocido; en cambio “la causalidad” es la que genera movimientos constantes de energías transitorias para que todo lo que se realice desde la causa de una planificación tenga el efecto adecuado sin margen erróneo y mucho menos mediciones del tiempo de lo que se quiso (consciente o no) desde un principio de lo que ahora solo es, y probablemente pueda tener la gracia de los reajustes si la equivocación no entra en la perfección de lo imperfecto (ley de la relatividad); por ejemplo, si planificamos hacer un vivero en nuestras casas tenemos que realizar un esquema del espacio con el fin de averiguar cómo distribuirlo sin que cause en el mañana problema alguno y no afecte a otros espacios comunes del propio momento que no tiene nada que ver con dicha planificación a la hora de modificar lo que se había hecho desde el origen de la idea, y esto significa que antes de que el vivero esté totalmente materializado es nuestro deber hacer una lista de los pro y los contra sobre la acción de aquello que queremos por necesidad, comodidad, o superioridad, o irónicamente nada más que por cumplir con un objetivo sin que este tenga una lógica posible que nos ayude en lo propio y a la vez traiga buenas energías a quien pueda recibir el reflejo de lo que miramos, demostramos, y cambiamos (bienestar en común). Si bien es cierto que la casualidad es un plan que se elabora desde la raíz de lo que se quiere también es totalmente inequívoco pensar que lo que se quiere traiga o no buenas o malas situaciones si en el querer no hay un diseño justificable que pueda respaldar eso que llamamos los ciclos de la vida a través de los karmas de las energías, de la existencia, y de lo eterno; por tal motivo desde el inicio de nuestra creación nos damos cuenta con el tiempo que todo lo que sucede es lo único que pudo haber sucedido como bien dicen, porque si eso no hubiese pasado a como creíamos que no podía pasar o que pasó a según lo que nosotros sí creíamos que pudiera acontecer es cuando se abre en la mente la razón de la duda o la confirmación de la respuesta, solo que a veces va a depender del enfoque en que nosotros le demos a lo causado desde el plan que ocasionó el efecto de ese origen inocente o consciente de nuestras actuaciones, y a partir de aquí se crean eventos que pueden desencadenar otros eventos dimensionales entre los balances y los desequilibrios de la misma creación porque lo evitado o lo confirmado tomará el poder de transformarse en algo bueno o llanamente en otras complicaciones sobre escenarios que pueden ser vistos a futuro ya que lo que tenía que pasar pasará aunque nuestras escrituras de la que nosotros forjamos pueda contradecir lo dicho en aquel entonces, y es aquí el momento en que dichas preguntas sobre la vida, el existir, y las razones del porqué de todo toman forma en pensamientos frustrantes, en inquietudes del ser, y en las expresiones ciegas sin que “el ser” esté consciente de ello; y aunque la gran mayoría de las personas puedan de alguna manera aceptar que ciertas cosas deben ocurrir para que el balance perfecto de lo relativo se auspicie entre todo lo que es y aún no es se nos hace a veces muy difícil el no buscar otra solución para que el destino se manifieste al concepto del preciso ahora de lo que nosotros realmente queremos desde el instante en que el mañana no es hoy ni es ayer (confusiones-desaciertos-confiabilidad-posibilidades-probabilidades), y estas conductas suelen ser vista como terquedad, fe, o esperanza; he aquí la relación entre la fuerza que tiene la energía, la mente, y la materia para que todo lo que se pueda concebir cuente con la facultad del pensamiento antes del hecho (“Pienso, luego existo”, -Descartes), algo que no muchos aplican en su existencia y viven la vida como si esta no valiera de algo, olvidándose así que la concepción de la vida es el acto más generoso que se puede hacer desde la luz de lo eterno para que el equilibrio de la conciencia mayor esté constantemente estabilizada en un ciclo perpetuo entre la construcción y la destrucción de todo lo que es, será, y vuelva a ser, y para que nosotros podamos dar respuestas a todo lo que pasa aunque eso no sea de nuestro agrado debemos convertir la vida y la existencia en un ser consciente, despierto, y libre, porque al ser consciente estamos aptos para saber que el fruto que recogemos solo se debió a la siembra de lo que hicimos, y si esos frutos se dan por buenas planificaciones, acciones, y expresiones es aquí el verdadero proceso de la evolución y de lo que somos como individuo, persona, y ser.

- Prof. Miguel Orellana.

“Te abrazo en luz, te bendigo, y te decreto feliz vida”