“El Método Orellana” (Vol. V). Entrega Nro. 25. El Universo del Ser, y El Mundo del Yo.

La cualidad del “ser” es la energía que compone a la esencia de la conciencia con la presencia de la existencia; en pocas palabras, lo que se conoce como “el ser de la conciencia viva” es lo que muchos consideramos “La Mente Universal del Universo”, es decir, la creación y manifestación madre de todas las vicisitudes existentes que son conscientes del estado de su “única realidad” (este momento: Perfecto en su orden) y de todas las realidades de sus otros “estados abstractos” tanto de forma subconsciente e inconsciente, siendo estos dos últimos estados de la consciencia matriz del cerebro, los causantes y/o detonantes para que “el sentido de la realidad única” deje de estar acorde con el presente de “este momento: Aquí y ahora” para solo estar sobre un diseño en el tiempo que no existe para “el ser de la conciencia mental” sino que solo existe para el hombre sin que el ser sea el motivante de su carente existir: Pensamientos; con esto digo, que “el ser” no piensa según con el tiempo sino que se conecta según con lo que transcurre sin el tiempo; ya que el ser no toma medida alguna para poder estar, sino que percibe y expone lo que recibe entre su único existir, su conciencia; en cambio el hombre, cuando quiere o “hace lo posible” para conectarse (o estar) con “el existir del ser” sin que sus pensamientos lo distraigan de su única realidad presente, lo que transcurrió ya para el ser, ¿para el hombre que solo piensa? Es un vacío que tendrá que llenarse cuando este así lo disponga, como si habláramos de un milagro que se antepone por la necesidad del interés; mas no por el interés, de conocer, otras versiones de lo que este ya es; porque justo eso, es lo que provoca el pensamiento, te distrae de lo que realmente importa: Lo que transcurre; y parece mentira que para prestar atención “a lo que transcurre” solo hay que desprenderse de las imágenes del pasado y del futuro -más aquellas- que se idean o que se originan por el pensamiento frustrante del presente; de no desprendernos de estas imágenes ilusas, alusivas, e innecesarias, ¿nuestra verdadera existencia entre los universos del ser? Será solo una ilusión para nuestras vidas que se hayan ausentes de toda presencia inmaterial, el alma [“Sé que estás aquí porque te veo; mas no sé si de verdad lo estás”] ¿Y cuántas veces esto le ocurre a una persona? Muchas; y más si viven como si la existencia les pasara por encima, lo que yo llamo, “los caminantes sin almas” o “los muertos vivientes” para ser un poco más dramático; y que feo es vivir así, porque no se disfruta lo que el propósito de la vida quiere para uno [Aprender-Crecer-Renacer] y si aprendemos con los conocimientos; crecemos con las experiencias, y renacemos con las lecciones, de seguro estoy, que seríamos parte del uno con el todo: La vida siendo energía; pero si esta no se exterioriza fuera de nosotros, es como si alguien llegara a un espacio y no “coexistiera” con los linderos de sus dimensiones, sino que “convive fuera de sí” entre las dimensiones [“Estoy; mas no soy”] ¡Y qué irónico! Que cuando quieren prestar atención (a la dimensión de su propio espacio) es porque a la larga solo desean llamar la atención más allá de su interno vacío sobre un espacio inerte, porque prestar atención: Es estar atento a todo lo que transcurre en esencia con el ser (luz) y con el espacio (oscuridad) para darle siempre un balance adecuado a nuestras variables dimensiones; y llamar la atención: Es que otros estén atento a ti para confirmarte una realidad [que no te confirmas tú porque no quieres] y decirte que la existencia de tu vida sí existe, o en dado caso, la inexistencia de quien no la vive, el ser; solo qué, el ser: No se siente vivo con alguien que busca llamar la atención a cada momento, porque “el ser solo es” sin que nadie lo observe; en cambio, el que sí presta atención a lo que transcurre [iniciándose con el balance desde su espacio dimensional: Conciencia Pura Vs Pensamientos] el ser sí existe tal cual a cómo vive el hombre -que al fin pudo- conseguir la alianza perfecta entre la mente de su consciencia y la conciencia consciente de su ser; y cuando se vive de esta forma [con el presto a lo que sucede] se vive con la plena plenitud de la vida, con equilibrio y con tranquilidad: He aquí, la verdadera gracia de la existencia. Debe suponerse  (entenderse y/o comprenderse) que cuando una energía se materializa sobre cualquier cuerpo, al principio de su simbiosis (composición, aceptación, adaptación, modificación, y transformación) la energía buscará la forma de hacerse presente no solo entre la materia sino que también “sobre” (o por debajo) de la presencia uni-material (o anti-material) de los movimientos frecuentes de las ondas vibracionales que se entrelazan a la vez con el grado frecuencial con que la energía se distribuye de manera constante desde su núcleo (anti-propósito) pasando por su origen (propósito) y su exterior (manifiesto del propósito) de los cuales dichos procesos es como si se amarrara una cadena irrompible hacia algo que es físico y que la misma cadena se rompa por sí sola sin que exista en ningún lado [y sin ninguna explicación] los detalles por lo que la cadena heme aquí rota; pues para muchos, tal vez la cadena ya estaba oxidada por dentro y se rompió así no más; otros, pudieran decir, que se utilizaron herramientas adecuadas e invisibles para romperla sin que fuera visto el que lo hizo, o simplemente tenía que romperse para poder liberar la tensión que hasta ahora venía acumulando desde su interior y más si nadie estaba pendiente; lo importante aquí, ¿en este ejemplo que les acabo de dar? No es buscar el cómo fue que se rompió la cadena y más aún si se le consideraba inquebrantable para ese tiempo, porque lo que importa es que sucedió y punto: ¿Para bien o para mal? Pero pasó y se debe hacer algo para luego solucionarlo; pero cuando se habla de “tensiones” sobre cualquier tipo de materia física, tenemos que ser consciente de que hay que tener mucho cuidado si queremos liberarla para después restaurarla a cómo debe ser: Con lógica; porque aparte de que la tensión de por sí ya es peligrosa, imagínate tú, si esta se expandiera como si se tratara de un explosivo nuclear, los resultados serían catastróficos para quien le llegue, y una vez que esto sucede, las reparaciones serían irreparables; y así como pasa con la tensión de una simple cadena también puede pasarle a una persona que va acumulando (consciente o no) emociones negativas cuando sus pensamientos le impiden deshacer lo que la mente cree que es su única realidad, tensiones de sus pésimas insurgencias mentales, tales como: El ego, el miedo, la muerte, los patrones, y los apegos; y parece extraño decir que cuando “el yo” de una persona lo envuelve a su mundo, el ser de su conciencia le cierra las puertas de su universo porque no quiere herirse por las inseguridades del hombre, manifestándose entonces “el yo” como una seguridad falsa de quien vive para vivir; mas no vive para existir. Nuestra mente siempre tendrá las llaves de nuestro increíble universo, el ser, ya que esta se vincula con el único propósito que tiene el alma, sentir, pero si es “el yo” el que “desea” comandar este espacio único de la conciencia infinita, no cabe duda que los pensamientos de las emociones del hombre, no van con los manifiestos de la mente del ser; pues el hombre cuando solo es hombre: Solo desea una sola cosa en su vida, tenerlo todo; a diferencia del hombre cuando sí es con el ser, admira “el todo” como un motivo para abrazarlo; mas no para hacerlo suyo, porque él sabe que si lo abraza, podrá sentir a la vez, lo que “el todo” quiere para él: Agradecerle a la vida pese a las circunstancia por las que se pasen; manifestarle a la vida, las cosas buenas que hemos aprendido de ella; regresarle a la vida; los dones hermosos que se nos ha sido entregado; decirle a la vida, lo que piensa nuestros pensamientos para que ella nos responda desde la gracia de su virtud, “ser porque soy, y soy porque puedo”, y volver a agradecer, cuando la vida culmine con la nuestra, porque el destino que hay más allá de la vida, es el camino a la eternidad de lo que pronto sentiremos, la evolución del alma, y no sabemos si esto significa regresar otra vez a este bello y cruel mundo que llamamos Planeta Tierra, quizás sea otro mundo parecido a este pero aún mejor, solo que hasta que no pase, no lo sabremos, y es justo lo que en este momento no nos interesa saber, porque lo que debe interesarnos ahora, sí, justo ahora, es vivir y existir: Aquí presente entre las cosas; en este universo que muchos creen que se haya perdido arriba de nosotros, no, este se consigue dentro de nosotros perdido para encontrarlo: Nuestro ser, que es nuestra alma, nuestro espíritu, nuestra conciencia, y nuestra mente; en sí, nuestro todo. Por tal motivo, te invito (y yo también siempre me invito) a mirar a nuestro ser, a que lo apreciemos más con verdad que con sinceridad: Recuerda que las sinceridades cambian según las necesidades y los intereses superficiales del hombre, ¿mientras que la verdad? Nunca cambia sino que se mantiene -hasta el fin de los siglos, y de los siglos a los principios del nuevo universo- y si la verdad del ser llegara a cambiar, lo más seguro es que sea por nuestro propio bien; y el ser no es tu nuevo mundo, no, es tu nuevo, increíble, hermoso, fuerte, y verdadero universo: Tú, sí, eres tú, porque cuando eres tú de verdad, te representas a ti mismo como el ser de tu alma, porque es tu alma lo que hace que seas “el tú luminoso” realmente iluminando la vida sin tantas porquerías superficiales que solo oscurecen nuestra existencia, ¿y esto? No podemos permitirlo, ni ahora, ni nunca. No te olvides que si dejas de existir entre tu momento presente, no vivirás con la vida, sino que solo creerás que lo haces, tal como el que solo piensa, y asegura, que su vida existe.

- Prof. Miguel Orellana.

“Te abrazo en luz, te bendigo, y te decreto feliz vida”