“El Método Orellana” (Vol. V). Entrega Nro. 24. La Concientización Humana: Una Posible Realidad.

Por años, hemos hablado (o nos hemos mal expresado) de la humanidad de una forma más negativa que de manera positiva, porque pareciera que al hacerlo así, es como si la culpa de nuestros errores no estuviese en nosotros sino que se haya entre los demás, esperando que sean “los demás” los que manifiesten otro factor positivo que yace entre las complicidades del humano, la cual se complica más aun, cuando las decisiones difieren de los pensamientos de toda consciencia; solo qué, son muy pocos los humanos, los que se dirigen a la existencia negativa de todas sus equivocaciones para luego transformarlas hacia el bien de su propia evolución; porque aun dentro de lo negativo (y más si se trata de la humanidad) se pueden conseguir ciertas “reflexiones filosóficas” con el único propósito de hacerle entender -que su evolución- No se relaciona ¡nada más! Con esa parte somera de ella, sino de lo que hay dentro de su superficie: La mente al igual que su conciencia; la conciencia al igual que su alma, y el alma al igual que su luz: La energía de toda creación. La cuestión es, que muchos confunden lo que es “la mente de la conciencia” con “el cerebro humano” o de cualquier otro, y por más que ambos estén relacionados el uno con el otro, sus funciones varían según las necesidades de cada uno; es decir, la mente: Es la consciencia natural de toda energía transformadora, y si esta energía se encuentra materializada entre un cerebro humano, animal, y/o natural, esta energía consciente se encargará de manifestarle a este “órgano vivo” un número infinito de informaciones electromagnéticas para que sus nervios neuronales elaboren, modifiquen, y acepten, eso que llamamos “realidad” a través de “Los Tres Planos de La Conciencia Energética” (Físico: La mente es consciente de su energía material. Etérico: La mente es consciente de su otra energía in-material. Núcleo-Origen: La mente es consciente de la simbiosis entre la energía física y etérica), y esto va a depender del cómo se transmite dicha energía por medio de los sensores vibratorios de toda onda frecuencial-cerebral: Mientras más vibración más frecuencia; y mientras frecuencia, mas ondas vibratorias. Los seres humanos cuando aprenden de sus errores, es porque estos les han dolido desde lo profundo de sí (el ser) porque como bien dice la frase -“Nadie cambia hasta que sufre de verdad. ¿Y si no lo hace? Es porque aún no ha sufrido lo suficiente”- ¡¿Y si el sufrimiento es lo que necesita el humano para que su mundo cambie de una vez por todas?! Entonces quién sienta el dolor del mundo cada vez que el humano lo maltrata con sus pésimos diseños de controlarlo todo, sabrá que el mundo: También requiere de muchos cambios para salvarse a sí mismo aunque le cueste la vida a sus seres vivientes, y cuando esto pasa, las cosas naturales se transforman a la vez para todos los seres vivos, ¡¿dichas transformaciones?! No son para mejor, sino para peor -aunque suene muy irónico- Siendo esta ironía, lo que ha llevado a la humanidad al camino de su propio fin, ¡y no! A los valles de sus evoluciones; pero que cuando llegue a ese fin de su existencia, es como si el mundo le estuviese reclamando lo que es suyo por derecho, la superficie. A los humanos, se les hace muy difícil poder creer que el mundo dejará de existir a su momento, porque la sola idea de que suceda, se les hace imposible aceptarla; mas hasta ahora, no sabemos ni cómo ni cuándo sucederá el fin del mundo, pero cuando te preguntas el porqué y el dónde es que el fin del mundo (así como de todas sus especies vivas) abracen ese momento del adiós definitivo, la respuesta se hace tan simple, que hasta un niño la entiende con solo señalarla -Todo juego debe terminar: Para luego volver a empezar- Pues como bien sabemos, no todo es para siempre en esta vida, ¡¿y el siempre?! Tampoco es una eternidad para esta existencia, sino que fluye entre las energías para que más tarde resurja a una nueva forma de ser; y así como les pasa a los humanos, que vienen y se van sobre un ciclo que se repite continuamente, quizás también le pase al mundo cuando le llegue su hora (y quien sabe cuántas veces el mundo ya lo ha hecho) porque así como nos pasa a nosotros -de que venimos y morimos para después volver a venir- ¡¿A lo mejor al mundo?! También le pase “por si todavía” no ha muerto momentos atrás de nosotros como humanos; y si este llegara a renacer entre su muerte, ¿y evolucionan nuevas formas de vidas a través de él? Esperemos que lo valoren sin que la destrucción final le indique el trayecto de la rectitud, consciencia; y quien sea consciente de todos sus actos, de sus pensamientos, y de sus palabras, podrá aplicar “el mejor principio” mucho antes de que su vivencia culmine: Sentir para existir. Sentir para evolucionar. Sentir para ascender; ¡¿y si lo hacemos?! ¡¿La vida?! Se hace bella con todo y nuestros errores: Porque estaremos seguros que al sentirlos, los transformaremos en hermosos aprendizajes -que hicieron de las personas- Una bella existencia llamada: Humanos. “La belleza humana” es como el vidrio que corta y que fue abandonado en el mar hasta por cuestiones inexplicables, pero que estando ahí, se va puliendo con el tiempo mientras que el agua lo asienta y lo siente, siendo esta acción: El sentir, lo que el vidrio necesitó para cambiar su anterior vida por la que ahora disfruta como nunca; enseñándonos qué, cada uno de nosotros tenemos que pulirnos por cada vez que se pueda entre lo que se viva hoy y lo que se presente mañana, de no cumplirse estas pulituras importantes para abrazar otras versiones de nosotros como humanos y como personas más conscientes, más puras, y más amorosas, ¡¿las vivencias personales?! Solo quedarán atrapadas en el tiempo y no serán consecuentes entre nuestros efímeros linderos del poder ser, porque parece mentira, que las personas se miden más con lo que la apresa, que con lo que la libera, porque justamente en esa prisión es que son felices (de manera insana) ya que se adhieren a un caos sin que exista un orden sobre él, cuando que la real felicidad, es el mismo caos: Pero con un orden en específico para que lo insano se revierta entre lo sano, uno que va a depender de la aceptación, de la transformación, y de la evolución de nuestra mente (si es el alma quien vive nuestra precisa materia, y no la materia, consumiéndose al alma). Resulta fascinante ver como todo se transforma si son nuestras decisiones las que nos lleven al lado de lo correcto después de haber estado incluso entre las razones incorrectas; y es porque cualquier decisión que se tome hoy -correcta o no- Nos llevarán de alguna u otra forma a donde debemos ir para aprender lo que ese espacio ha preparado lo que nosotros requerimos para seguir creciendo como personas; y es porque cada aprendizaje en nuestras vidas, pero más aún, en nuestras existencias, es un comienzo para escribir otro episodio de nuestras escrituras, y quien no entienda que la vida es solo una ilusión de la mente de la conciencia; y que la existencia es un instante de una energía materializada de un manifiesto mental, jamás entenderá que el “vidrio roto” que se halla entre las cosas -no está roto porque este quiere- Sino porque algo (o alguien) lo rompió o porque otra causa lo llevó a ese quiebre de su ruptura; y aun cuando un vidrio “roto” carezca de toda conciencia; de toda alma, y de todo espíritu, no lo exime de sentir las energías del universo para que las olas del mar lo pulan y deje de hacerle daño a los que se tropiecen con él, sino que más bien, tendrán las opciones “de si recogerlo y moverlo a otro espacio” para que embellezca un lugar diferente con su nueva versión de él mismo, o, si solo devolverlo a donde estaba para que su vista sea parte de su todo, su mundo: Un extraordinario espacio que le dice a la humanidad, que hasta las cosas más rotas tienen la suerte (o el destino) de encontrarse con aquellas que las hacen ser especiales -porque de esto se trata la vida- ¡¿Ser tan únicos?! Que para la próxima vida que tengamos aquí o en cualquier otro lugar del universo, no necesitemos repetir lo que alguna vez fuimos en una historia que se contó, sino de ser cada vez “mejor y mejor” para que nuestras existencias no deje de ser importante para el mundo de lo que hoy somos: Una mínima posibilidad de “existir” entre millones de probabilidades de no serlo. Por ende, vamos aprovecharla cada segundo entre el hoy de lo que se vive; y si la vivimos con consciencia, ¡¿la hermosa historia de una nueva humanidad?! Se escribirá por sí sola sin que su mundo la sepulte entre sus recuerdos, sino que la recuerde por el día en que su concientización se hizo en una posible realidad.

- Prof. Miguel Orellana.

“Te abrazo en luz, te bendigo, y te decreto feliz vida”