"El Método Orellana" (Volumen IV). Artículo número 24.

“La calma del ser” y “la filosofía de la flor” ante aquello que nos quieren capcionar y ofuscar en la vida, dos opciones que tenemos para limpiar los polvos que ensucian, inquietan y opacan a la mente, porque de no hacerlo se condicionará bajo límites interpuestos donde no buscará las salidas obligatorias para liberarse y sucesivamente proyectarse y manifestarse ante todo lo bueno que será para ella, “eso” que siempre está ahí esperando cuando decidamos darle fin a lo que sea justo y necesario, según “El Método Orellana” (Volumen IV)

Bienvenido:

La vida es un viaje que como bien sabemos en cualquier momento debe culminar (es ley universal, no existe de otra), es como un abrir y cerrar de ojos y luego al abrirlos esta ya no está (que si lo supiéramos de forma admitida la viviríamos interconectándola con todo lo extraordinario, es el deber ser, pero solemos hacerlo tarde), pero muchos seres vivos no lo hacen, y pierden sus vidas en cosas estúpidas, nefastas e irremediables, porque le regalan su preciado y valorado tiempo (medido y preciso) a lo que ya no vale la pena y que ni siquiera ya es bueno en seguir esforzándose sobre algo que no es para nosotros, pero algunos siguen ahí de necios como sonriendo en su tristeza provocada por ellos mismos, sea porque disfrutan vivir bajo las desgracias o porque no se conciben en otros ambientes (miedos, rechazo al fracaso o empezar de nuevo); y es que todo en esta vida tiene un inicio y un fin y es por eso que debemos aprovecharla al máximo, no desperdiciarla en tonterías (sean simples, enredadas, o tóxicas),  porque la vida es un ciclo que se repite y nada hará que cambie al menos en ese aspecto de la ley universal, sin saber si “la vida” una vez que llegue a su fin pueda renacer entre la creación en la cual habitó en su viaje en conjunto con todos los seres vivos de este espacio terrenal, aunque lo ideal sería que una vez que “la existencia real de la vida” deje de estar presente en cualquier cuerpo energético y magnético que la ayudó a permanecer durante un lapso de la realidad pueda coger vuelo luminosamente espiritual a otros espacios de la misma “ley universal de la vida” sin que se interponga algo que pueda obstaculizarla y obstruirla, o si será su final para toda la eternidad (y muchos se sienten amenazados por esta teoría) pero cuando nos vamos a las dimensiones que se ubican más allá que de la misma realidad podemos deducir mas no concluir que “el final no existe como algo definitivo, sino que este se libera, se expande, se recrea, se transforma, se moldea, se adapta y luego se transmuta para dar existencia a otra vida, sea que esta se vea a simple vista o que sea invisible ante la vista de quienes aún tienen su mente cerrada”, y eso va con todo aquello que podamos percibir, recibir y sentir, con familiares, amistades, conocidos, extraños, relaciones, labores, negocios, cosas materiales, superficiales, e incluso con la naturaleza y  animales.

En el caso exacto del “fin de la vida en el ser humano” es un poco más complejo porque muchos lo quieren tomar así de esa forma (porque este siempre lo complica todo), a razón de que el humano no se haya fuera de las complicaciones (quiere paz, pero no sabe vivir en paz cuando al fin la tiene), como si fuesen incidencias que llegan pero no hacen nada para resolverlas o al menos asistirlas y luego canalizarlas o transmitirlas a como realmente se debe proceder,  porque como he dicho en otros artículos, “el humano le fascina el caos”; y es que nunca sabremos si nuestras vidas dejará de existir en su forma natural al llegar a cierta edad prolongada porque todo lo viejo se va deshaciendo y por tal motivo va dejando de funcionar en el modo adecuado o correcto (a pesar de que muchos traten de evitarlo con creer que tener una vida “y qué saludable” podrán salvarlos de su viaje regresivo), ¡claro está!, algunos harán hasta lo imposible de alargar sus vidas y de mantenerse en forma, pero solo lo hacen por el físico mas no por el ámbito espiritual para que el alma pueda estar siempre sana, porque así como una flor se marchita cuando ha llegado el fin de su ciclo vivencial obviamente pasa con nuestra maquinaria corporal, que al llegar a su momento establecido o pautado por algo superior a nosotros deberá entregarse y despedirse de lo que conoció si tan siquiera mirar atrás, solo agradecer y ser feliz a donde esta vez le toque ir, ya que sabe que debe hacerse polvo para que este regrese a las estrellas de las cuales muchos dicen que provenimos; la diferencia que hay entre una flor y el humano (metafóricamente) es que la flor está más que consciente que su marchités debe llegar para luego formar parte de la nada, en cambio el humano está consciente de que la muerte ha de pasar en cualquier momento (pese a que muchas veces hayan podido escabullirse de ella, sin entender que es otra oportunidad que les da el universo para valorar esa vida que tienes y hacer algo útil con ella tanto para ti como para todo lo que existe), pero les atemoriza el hecho de ser parte de esa misma nada donde la flor la acepta y la recibe desde su gloria, y es cuando mayormente el humano se apega a lo que ni siquiera es de ellos (cuerpo natural), sin embargo la flor sabe que “gracias a esa nada” hallará la luz para renacer quizás más tarde entre la tierra, porque dentro de la flor existe la semilla que hará que crezca otro tallo para que este pueda crecer, desarrollarse y fortalecerse para luego mostrarle al mundo su distinta forma de existir a través de esa flor renaciente que será más bella, esplendorosa y exorbitante, brillando con luz propia entre todo lo que le rodea, sabiendo que nada es igual porque lo viejo ya se fue, y esta vez le toca a lo reciente, a lo actual, a la nueva versión de ella misma, pero para que sucediera todo esto la flor tuvo que crear su propia filosofía (una que ya estaba inmersa en ella), porque sabía que desde el inicio cuando supo que existía en una creación energética llegaría el momento de su muerte entre lo natural y/o accidental, debido a que no hizo lazo alguno con los apegos de su vida y mucho menos dejarse amarrar por cualquiera, solo se dedicó a hacer lo mejor posible para darle al mundo su regalo de embellecer cualquier lugar a donde ella naciera o fuera, pudiendo incluso hasta sanar sus propias heridas sin la ayuda de otras flores, y también hasta se convirtió en una flor sanadora para otras que requerían de su energía, y cuando llegó su hora de desaparecer lo hizo con toda aceptación, sin preguntarse ¿yo volveré? o ¿cuándo volveré? sino que lo tomó de lo más tranquila dejando su existencia en la nada sin hacerse tantas preguntas porque su cometido ya estaba realizado, ella disfrutó de cada momento vivido y de cada propósito que iba descubriendo en ella, ya que lo hacía para que el exterior pudiera servirse por medio de esas razones que darían paso a las tomas y aplicaciones de sus virtudes o dones que ya estaban aunadas a ella, como sacando a la luz su verdadera misión o misiones de la cual ya estaba predestinada, y que ella por más que la cambiara para mejor era parte de lo que debía hacer, en otras palabras no se dejó influenciar bajo los términos, leyes, normas o condicionamientos de nada relacionado a la vida, solo escuchó a quienes querían aconsejarla para bien, acompañó a quienes querían impulsarla a lo desconocido (entre lo bueno y lo malo para aprender), en vista que cada lección es un paso a lo inimaginable, abrazó a quienes se preocupaban y ocupaban más quienes se compadecían de sus dolores y sufrimientos sin dar lástima ni tomar el papel de víctima, solo que utilizó esos abrazos como los motivantes que le darían la fuerzas impulsoras y decisivas para seguir avanzando, y aprovechó cada pensamiento, emoción y sentimiento (externo e interno) entre lo negativo y positivo para crecer, desarrollarse y superarse como una flor esbelta, hermosa y resplandeciente de la creación, no para capcionarse, frenarse y estancarse, sino para elevarse a lo grandioso, magno y a lo divino, dado que no se colocó limitantes, ni se planteó una vida forzosa, ella solo dejó que el universo fluyera de la forma más nítida posible en ella a través de su ser interno para que así este le mostrara el camino a donde debía asentarse por un tiempo para que dicha caminaría fuera contemplada por quienes la vieran mientras que ella mantenía su mente calmada y serena (parte del secreto de la vida), porque era la única manera de que ella pudiera sacar de sí misma el provecho y el goce de hacer crecer y desarrollar otros pétalos que le darían color a su vida y a la de otros (sirviendo hasta de inspiración), y cuando la flor podía caminar con sus raíces sabía que el dolor no era parte del plan, ya que dentro de los misterios “del fin y del inicio” podemos conseguir ciertas variantes que nos llegan de manera imprevista, y es cuando debemos solo actuar y jamás detenernos, “porque al arrancar las raíces para ir a otros lugares es justo y necesario hacerlo desde su profundidad (sin dejar nada sobre esas tierras), sin perder ciertas partes “del ser” para luego “poder ser” y esta vez aprendiendo a no echar raíces tan largas para evitar otros tormentos que hasta nos pueden provocar trastornos mentales y llevar al vacío dichas emociones que si no son trabajadas a tiempo por nosotros lastimosamente decaeremos a lo más bajo de las penumbras del espíritu y del alma, entonces la idea sería echar raíces fuertes y cortas, ya que cuando llegue la hora de caminar a otro lugar porque llegó el fin de esa parte de la historia de la vida que te daba refugio, seguridad y confianza pero que se volvió habitual y cansona esta vez pudieras arrancar dichas raíces sin tanto dolor, como asumiendo una vida nueva sin tantos problemas, y si los hay, solucionarlos de la mejor forma posible sin que nada opaque ni tu calma y mucho menos tu serenidad entre “la mente y el ser”, es decir, la flor nunca se encadenó, sino que constantemente se soltaba para poder liberarse pese a los daños que pudiera causarle al arrancar sus propias raíces (corporal, espiritual, y del alma), al igual que soportar todas las aflicciones que esto le ocasionaría entre lo malo que pudiera pasarle una vez que emprenda su recorrido, llámese exagerados vientos, torrenciales lluvias, fuegos inesperados, residuos de basuras que le tiraban, amarres con cuerdas para jalarla y dañarla, mordiscos de otros seres vivos sobre cualquier clase de animal, desprendimientos de sus pétalos completos (parte de su esencia, raíz-tallo), el quiebre del mismo tallo por maldad o hasta tolerar los aplastes por parte del mismo humano, ente otros procesos de padecimientos, pero la flor lograba seguir adelante, amando su vida, mejorándola y reluciendo así cada vez más linda y magnífica, y cuando comparamos la flor con el humano es cuando te digo que todavía y en su gran mayoría el ser humano no está preparado para aplicar en su vida está filosofía de la flor que con amor he elaborado para nosotros, simplemente no porqué el humano no pueda hacerlo (ya que si de verdad nos proponemos algo con compromiso, perseverancia, empeño y lealtad lo lograremos), sino porque el humano desde que nace pareciera que se agarrara muy fuerte hacia todo lo que ve y más aún si lo que ve le da “algún tipo de amor” (sin preguntarse si este es puro y auténtico), solo se amarran con cuerdas que serán tan bien anudadas que a la hora de desatarlas será toda una odisea, es por ello que muchos preferimos no acostumbrarnos a nada, “solo vivir el momento mientras este sea con nosotros”, pero si no lo hacen es porque se olvidan de “soltar lo justo y necesario cuando algo debe llegar a su fin”, les cuesta desprenderse, y más aún les da pavor la palabra “FINAL”, en virtud que no sabe si eso tendrá un retorno, pero que si el humano absorbiera un poco sobre la filosofía de la flor hallará probablemente una vida un poco más fácil al menos desde el punto de vista del “ser”; y es que la flor se deja ver cuando esta se libera de su tallo, el humano suele muchas veces esconderse cuando está en ese proceso de liberarse entre lo mental, espiritual y emocional, porque les da pánico saber si otros lo harán a un lado, si lo pisotearán, maltratarán, humillarán, o si lo confundirán llenando su mente de polvos que solo hará que esta y sus pensamientos se ensucien, inquieten y opaquen, pero que si se osan a limpiarse los polvos para luego liberarse y conectarse con sus creencias de que esta vez podrá ver todo claramente como si fuese una “visión periférica” (más amplitud) en vez de una “visión central” (un solo enfoque mientras se pierden los demás) es cuando este obtendrá las llaves que le van a permitir cruzar las puertas del destino (solo si pudo divisar la puerta gracias a la visión periférica) y será una manera de que sus pétalos salgan de su tallo, porque sinceramente es como debe ser, no hay ni existe otra forma de hacerlo, sea con esta filosofía o con otra de la vida, todo es cuestión de tener visiones grandes, riesgos por enfrentar y decisiones firmes en la vida, de lo contrario, nada se obtendrá.  

Muchas veces la vida a lo mejor no acabará naturalmente sino de manera accidental por medio de algo ajeno (una de las peores cosas que pueden pasar), en virtud que el alma queda atrapada en esta dimensión terrenal hasta que pueda liberarse de aquello que la ata, sea a través de la ayuda de alguien que aun esté vivo para que pueda entregar su mensaje final y así dirigirse a esa luz que le dará inicio a su calma eterna, ya que cuando sucede de esta forma el espíritu se va enseguida a la luz de la chispa suprema de la creación universal, pero el alma quedará aquí en lo terrenal hasta que vea esa luz cuando al fin logre dar finiquito a lo pendiente que debía hacer, o al menos dar sus últimas palabras dentro de la realidad o fuera de ella gracias a la conexiones que tendrá con los sueños o señales que otros pueden ver, al igual que la vida también puede perderse lamentablemente por esas enfermedades fulminantes que a razón de la ciencia de hoy “según ellos” todavía no se han encontrado las curas oportunas (pero si existen, y no hablaré de ello, ya que “ellos” no les conviene que el humano se cure, sino que se mantengan y si es terminal que se muera), como el cáncer, el sida, hepatitis graves, riñones obstruidos donde tenga que dializarse, entre otras (son muchas), pero a veces basta con “las ganas de creer” que mejoraremos a través de todo lo que hagamos mentalmente para que esas enfermedades desaparezcan como por arte de magia, y las veces que han sucedido lo llamamos “milagro”, sea porque rezamos u oramos con toda la fe posible a ese ser supremo que muchos conocemos como Dios (la razón de nuestra verdadera existencia aunque muchos quieran refutarlo o contradecirlo) o a otros seres de luz que algunos le llamamos santos, vírgenes, ángeles, y hasta incluso a los difuntos familiares y conocidos los incluimos en esa lista donde dejamos salir nuestro intenso deseo sobre algo que ameritamos con urgencia para que sea atendido o porque debe llegar para que nada nos afecte; la cuestión está que realmente todo lo que nosotros hacemos lo impulsamos bajo el interés real de que eso deba servirnos y ser nuestro aliado, irrespetando así la cadena del tiempo que nos entrelaza con la vida, el destino, el universo y hasta con la misma muerte, solemos muchas veces colocar nuestro gran poder mental en otras cosas que no sea sobre nuestra mente (al menos que sea con lo supremo), me explico, cuando tú quieres por ejemplo comerte un helado pero en ese debido momento en que lo piensas y no cuentas con el dinero pero tú lo estás deseando con mucha fuerza desde lo más profundo de tu ser porque realmente quieres darte ese gusto de comerte un helado y saciarte con su rico aroma y sabor para luego quedar satisfecho en el momento que te lo degustaste es cuando “por casualidad” viene una persona de donde menos tú lo esperas sea que la conozcas o no y te invita a comerte un helado, es ahí donde tu llamas a ese evento “casualidad”, pero cabe preguntarnos, ¿realmente fue así? o ¿hubo algo más que intercedió para que eso fuera así?, ya que la humanidad siempre se olvida de creer en ese gran poder mental que tiene y que no lo utiliza para poder atraer lo que esta necesite, no las pasamos deseando ¿pero qué poder le damos a dicho deseo?, no las pasamos soñando, ¿pero qué poder le damos para que esos sueños se cumplan?, nos las pasamos pensando, ¿pero qué poder le entregamos a los pensamientos para que estos estén por encima de nuestra calma o debajo de ella?, nos las pasamos rezando ¿pero qué poder le damos al rezo cuando nos comunicamos con Dios por medio de nuestra mente?, si todos fuéramos más creíble con respecto a ese gran poder que tenemos en la mente pudiéramos ver realizado tantas cosas que aún nos mantienen atrapado a lo que ya no debe ser, porque la mente es tan poderosa que puede hacer lo que ella quiera si te enfocas en lo que quieres y después accionar hacia lo que quieres, veras como la mente se liga con el universo y con el ser supremo para que todas las puertas se te puedan abrir y ver como cada cosa que has anotado en tu libreta de los sueños se van haciendo realidad, no es dejar de creer en ti, es reforzar lo que tu consideres lo mejor para ti, está bien sentir miedo, pero no permitas que este invada tu gran poder universal en lo mental, porque si lo dejas entonces solo te obligará a bajarle tu frecuencia a las vibraciones que emites y que recibes desde lo inexplicable a través de esa fuerza energética donde la mente se une con “el todo”, recuerda que tu cerebro es como una antena que recibe y emite información, y es por eso que debemos darle el uso correcto para que dicha información pueda establecerse solamente con cargas positivas que se elevará a través de ese poder que tú le darás una vez que te concibas con todo el ser que eres,  la mente nos ayuda a vincularnos con todo aquello que sentimos en la creación, hasta con lo surrealista, por eso es que no podemos darnos el lujo de que algo o alguien invada nuestras mentes, y más si es para dañarla y no fortalecerla, porque nosotros debemos siempre tener el control y el dominio sobre ella (nadie más), y ante que nada liberarla a lo grande (despertar), porque al hacerlo estaremos yéndonos a lugares sumamente geniales para que todo nuestro ser se pueda convertir en algo nuevo y hermoso.

Así que querido lector, es importante saber y estar consciente que nunca dejemos de serenar nuestras mentes a pesar de todas las dificultades por las cuales podamos vivir, recuerda que no será para siempre, es solo una fracción en el tiempo donde se te pone a prueba para ver de qué manera podrás salir de todo ese trance, ya que al serenar la mente estás tomando control sobre ella para purificarla, reiniciarla y elevarla a un plano existencial más hermoso, pero si esto significa o simboliza que debes dar fin con algo o con alguien lamentablemente no dudes en hacerlo, ya que será para tu propio bien querer aplicar los finiquitos definitivos que te ayudarán a cerrar ciclos que te mantenían atrapado y capcionado a lo que desde hace tiempo debía ser tuyo, pero como el tiempo nos muestra también su filosofía podemos pensar que todo pasa por alguna razón o que todo sucede a cuando realmente debe pasar, ni antes ni después, sino que justamente cuando era el momento exacto, no debe asustarte para nada el hecho de finalizar lo que sea justo y necesario, ¡no!, debes gritar de alegría al hacerlo porque estás pensando positivamente en ti y hacia lo desconocido, gracias a que decidiste buscar las salidas que te darán los respiros por medio de esos aires donde podrás volar sin nada a que temer, ya que la idea es proyectarte y manifestarte todo el tiempo hacia lo mejor, jamás para lo peor, no te condiciones, ni te desvalore ni te pongas muros, libérate y se tú mismo, mientras y cuando sea para darle poder positivo a tu mente, porque al accionarlo te estás dando la oportunidad de tomar todo lo bueno que ha esperado por ti esperando solo que tú hayas tomado la elección correcta que te susurra el alma, porque ella es parte esencial de esa conexión de la ley universal de la vida y de la muerte; finaliza, agradece, e inicia a reescribir esa otra vida que tú quieres disfrutar, una que será esta vez más fluida porque aprendiste a calmar, serenar y a liberar la mente, y más que todo le diste tranquilidad a tu ser espiritual,  al soy y al yo. Que el Gran Creador, el universo, la vida y el destino, regocijen tu hermoso corazón, bendiga todo tu ser y te glorifique siempre hacia una mejor vida de la que puedas tener ahora, un abrazo! 

Atte. Prof. Miguel Orellana.