“El Método Orellana” (Vol. V). 5ta entrega: La Conciencia Evoluciona en Cuerpo y Mente.

La revelación absoluta del contenido del universo se hace tan imposible comprobarlo como el querer entender el principio del mismo; podemos formar teorías y algunas que otras prácticas desde el punto de vista “tácito” de la ciencia hasta la fijación de lo “causal invisible de solo creer” sin necesidad de pruebas tangibles para darle algún tipo de sentido a lo que por ahora se mantiene como uno de los secretos más resguardado de la creación inequívoca, “origen vs lo que es”, y aunque el inicio del universo se torna difícil de explicar de manera lógica hasta el sol de hoy lo que sí podemos establecer como algo seguro es que todo lo que se encuentra en sus espacios se debe únicamente a las energías que fluyen sin nada que las detenga, ya que estas clases de energías a diferencias de otras que se han visto en el mundo en que habitamos son de “movimientos perpetuos” sin que la afecte cualquier disipación externa (segunda ley de la termodinámica) para que su propósito de ser, estar y renovarse no se determine como nula a raíz de cualquier materia en la que se ubique, sino que se mantiene aun cuando la probabilidad de una supuesta inercia en un espacio “X” del universo la coloque en un estado de reposo, y si llegara a ocurrir la neutralidad total de la misma se auto-concentrará tanto en un solo punto de la materia que en cualquier momento provocará una explotación que se ve inminente ante lo que la pueda rodear, y aun cuando este evento ocurra la partícula de dicha energía se transforma para que su existir se haga a través de otras materias carentes de calor, en otras palabras, podríamos asegurar que lo único certero que por ahora hemos confirmado sobre los estudios del cosmos es que la energía que yace en esos lugares es tan eterna como todas las hipótesis para aclarar lo que simplemente no se puede, “¿el cómo empezó todo?”, pero gracias a estas energías nos podemos dar una idea simple “del cómo fue”, ya que como bien sabemos “la energía no se puede ni crear ni destruir sino solo transformarse”, y debido a esto es que “el todo” existe, tal como pasa con el universo a través de sus sistemas solares y galaxias que acompañan el vacío y las creaciones que suceden desde un punto muerto que se hace vital para abrir paso a nuevas existencias de partículas, moléculas, y átomos con el fin de dar vida a lo que se conoce como “materia”, y una vez formada cumplirá su objetivo hasta que por alguna razón se desintegre y con el pasar del tiempo aparezca la oportunidad de recrearse aunque su forma, masa, volumen, y peso tengan cambios al igual que sus objetivos anteriores, solo que dentro de su esencia quizás pudiera existir una pequeña posibilidad de tener ciertos patrones conductuales de lo que alguna vez pudo haber sido, y al medir, registrar, y observar estos comportamientos podemos deducir que la eternidad del universo se haya en todo lo que se realiza, destruye, transforma, modifica, y regenera, es decir, que todo aquello que se considera eterno es nada más que un ciclo que se repite una y otra vez sin tener un origen ni un fin exacto, sino que solo es porque es, es porque debe ser, y es porque está, y no hay nada hasta ahora que pueda contradecir lo que se describe como “eterno”, ni la ciencia, ni lo invisible, ni la percepción de lo que se ve, algo así como que si la existencia de lo que se conoce tuviese comandada por una gran mente universal que controla, percibe, diseña, corrige y direcciona lo que debe ser, estar, permanecer, deshacer, y recrear con el fin de que el balance se mantenga por siempre y para siempre. La humanidad ha querido comprender lo absoluto de la creación y todas sus existencias “vivas, nulas, y transformadas” para así saber de dónde provienen y hacia dónde dirigirse, y aunque no existe nada incomprensible al menos en este mundo porque todo se entiende de alguna manera u otra desde el momento en que abrimos paso a la sabiduría es increíble que muchas cosas sobre lo que somos se encuentran sin ser reveladas porque dentro de la revelación podemos conseguir lo que nuestra mente no reconoce ni acepta si está cerrada a “solo ser para crecer” (ascendencia), en virtud que una gran mayoría de personas se la pasan viajando al pasado o al futuro sin que su presente sea lo que la defina como la esencia de lo que es, una luz que se transformó en conciencia para convertirse en un alma, y el alma en un espíritu, y el espíritu en una materia con la finalidad de existir en “su ahora”, ni antes ni después, porque al estar en esa deriva su evolución es completamente nula, pero que irónico que aun cuando hubo un proceso de origen, modificaciones, y propósitos desde la luz para que la materia exista con “el solo ser” desde la condición de comprender lo eterno hasta entender “lo que viene y se va” se vean predominios externos a la materia para que lo inexacto se auto-conciba en la distracción de lo que debe ser , “el vivir la existencia presente”. Existen muchas teorías de cómo fue la creación de la raza humana, al igual que la animal, algunos creen en la evolución desde esa naturaleza animal, otros creen en el diseño de seres dimensionales que nos elaboraron desde su genética, también vemos los que creen que un ser divino fue quien nos hizo a su imagen y semejanza, y obviamente ninguna de estas teorías como otras que puedan existir da validez a lo que somos como humanos, lo que se puede razonar desde el punto del equilibrio entre “lo creíble y lo no creíble” es que así como la energía es eterna y el universo es incomprensible también lo es todo lo que vive, existe, y renace, y en este caso cuando la luz crea a una “conciencia libre, única, pura, y auténtica” esta busca la forma de evolucionar con el alma y el espíritu para elegir a la materia por el cual les ayudará a regirse en un espacio desconocido durante un tiempo exacto, y esta materia es lo que llamamos “embrión”, una vez creado a las dos semanas o a las tres ya tiene el pulso de la vida, y luego de seis o siete semanas es cuando se hace el órgano de la  “mente”, uno que es parte de esa otra mente universal o inteligencia superior que rige todo lo que es, pero esta mente humana que se sitúa en este cuerpo es la que se encargará de establecer conexión con todas las realidades posibles del universo que esta pueda reconocer para que se defina como amplia, potente, y trascendental, ya que gracias a ella es que la esencia de lo que somos (luz-conciencia-alma-espíritu-ser) nos permitirá vincularnos con los “siete pilares del universo”, origen, vacío, luz, tiempo, espacio, movimiento, y fin, explicando qué, la conciencia antes de ser alma es el origen, las dudas existenciales es el vacío, las transformaciones es la luz, el existir plenamente es el tiempo, el valorar es el espacio, el dejar ir y las nuevas conexiones es el movimiento, y la gloriosa muerte es el fin; y es cuando lo eterno abre las puertas hacia otros ciclos más de lo que debe prevalecer sobre cualquier espacio del universo: Energía-cuerpo-mente.  

- Prof. Miguel Orellana. 
“Te abrazo en luz, te bendigo, y te decreto feliz vida"